Asentada estratégicamente en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, este municipio es un punto de partida privilegiado para realizar excursiones a pie o en bicicleta, para montañeros y esquiadores que encuentran aquí uno de los pocos rincones vírgenes que quedan en la actualidad, para amantes del arte y de la historia, y desde el que visitar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural Posets-Maladeta y, atravesando el “Biello Sobrarbe”, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara.
Desde lejos aparece como un apiñado caserío uniforme, proporcionado y armónico, destacando la esbelta torre de la iglesia, el enorme recinto del castillo y una de las Plazas más bonitas de España. Dentro de las murallas la maravilla del románico en cada rincón, sorpresas constantes en cada detalle. Las calles, placetas, plaza e iglesia merecen una visita por sí solos. Estamos hablando de Aínsa, una villa ubicada dentro de la comarca de Sobrarbe, y que se caracteriza por su gran patrimonio histórico y artístico, y su increíble entorno natural.
Aínsa tiene sus orígenes en el año 724, fecha en la que el rey Garci Ximénez, la reconquista del dominio musulmán. Se sitúa en punto estratégico entre la confluencia de los ríos Cinca y Ara, sobre un alto a 589 metros de altitud, desde donde se domina todo el entorno. En sus comienzos, se componía por un castillo mucho menor que el actual y separado del pueblo, y un recinto amurallado formado por la iglesia de San Salvador (hoy desaparecida) y la de Santa María, del que se conservan tres puertas de su trazado, que data de los siglos XI o XII.
Sin embargo, uno de sus principales atractivos es la actual fortaleza. Su construcción se inició en el siglo XI y se terminó en el siglo XVII, después de varias ampliaciones. Del edificio original, de estilo románico, se conservan muy pocos elementos, siendo el más importante la torre del homenaje. No obstante, su aspecto actual es fruto de la ciudadela que Felipe II mandó construir dentro del sistema defensivo de la frontera con Francia.
Las calles de Aínsa también merecen una vista, pues un paseo por su casco histórico transportará al viajero a plena Edad Media y le permitirá descubrir todos sus rincones y secretos. Uno de ellos es su hermosa plaza mayor, que data de los siglos XII y XIII. Junto a ella se localiza la calle Mayor, una vía llena de casas de la época donde destacan la Casa Arnal (siglo XVI) y la Casa Bielsa (siglo XVI o XVII).
Otro punto de interés es la iglesia parroquial de Santa María, de la primera mitad del siglo XI. En ella podemos admirar su portada, una interesante cripta y su torre que domina el paisaje urbano. Igualmente, la Cruz Cubierta es un elemento de gran importancia dentro de la localidad, pues construida en el año 1665, conmemora la batalla de la reconquista de Aínsa. Además, en su interior guarda la cruz de Sobrarbe.
Una vez recorrido su increíble casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1965, es el momento de admirar sus alrededores. Pues Aínsa, se encuentra entre el Parque natural de la Sierra de los Cañones de Guara y el espectacular Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Estos parajes permiten realizar numerosas rutas de senderismo y deportes al aire libre como barranquismo o espeleología. ¡Toda una aventura de turismo rural!
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